Entradas recientes

El gato gordo

E

    Una agencia internacional de oradores me ofreció bastante dinero para dar una conferencia en un hotel de Punta del Este. Quedé preocupado. Me pareció una señal de alarma. Algo estoy haciendo mal, pensé. Pregunté quiénes serían los amables caballeros que me pagarían. Me dijeron que un grupo de banqueros. Pregunté de qué debía hablarles. Me dijeron que el tema sería la economía en...

Yo fui amigo y después enemigo de Vargas Llosa

Y

  En un restaurante de comida china en Miraflores, Lima, quiso el destino que yo conociese a Vargas Llosa. Acababa de leer, deslumbrado, “La guerra del fin del mundo”. Tenía dieciocho años y era columnista del diario “La Prensa” de Lima. Mario dijo que le había gustado una columna mía contra los intelectuales de izquierdas que, oportunistas, acomodaticios, se daban la gran vida, disfrutando...

Un joven travieso de sesenta años

U

  Me cuesta trabajo aceptar que soy un hombre de sesenta años que ya vivió lo mejor de su vida y al que le queda poca vida. Cuando me veo en el espejo, me parece ver a un hombre de cuarenta años, no de sesenta. De hecho, cuando tenía cuarenta no me sentía tan bien como me siento ahora. Estoy más viejo, pero duermo mejor y disfruto más de los días que cuando tenía cuarenta y vivía tomando...

El cumpleaños de mi madre

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    Mi madre cumplirá ochenta y cinco años en los próximos días. Me ha invitado a su fiesta. Le he prometido que haré mi mejor esfuerzo para estar con ella ese día. No le he prometido que estaré con ella. Le he prometido que intentaré estar con ella. Al mencionar la palabra esfuerzo, le he dejado saber que asistir a su celebración supondría un esfuerzo para mí: haré mi mejor esfuerzo...

Los piratas del Caribe

L

    Cinco noches con sus días perezosos hemos pasado en la parte francesa de la isla de San Martín, celebrando el cumpleaños de nuestra hija, quien, aconsejada por sus amigas, eligió juiciosamente ese destino turístico. Llegué tan cansado a esa isla que la primera noche olvidé colgar el pequeño cartel avisando a las mucamas del hotel de que no deseaba que entrasen a limpiar la suite...

Me cansé de ser tu hija

M

      Mi hija Patricia, quien cumplirá treinta años a finales de junio, me pidió que le adelantase su regalo de cumpleaños para viajar a París con su novio. Al asociar su regalo al viaje europeo, fue evidente para mí que ella esperaba que le obsequiase dinero contante y sonante, y no un libro escrito por mí, un perfume o una chalina. Le escribí entonces a mi hija Claudia, su...

El capitán del velero

E

    Hace quince años, el hombre más rico de mi familia, el hermano mayor de mi madre que no se casó ni tuvo hijos, murió de cáncer a una edad temprana, antes de convertirse en un anciano. Ese hombre que amaba a los perros y salía a navegar en un velero los fines de semana supo amasar una vasta fortuna como empresario minero. En los breves meses que duró su agonía, la familia de mi madre...

El paciente enamorado

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      -No es un tumor -me dijo la doctora. Yo no quería presentarme a esa cita médica y ahora sentía poderosamente que me había enamorado de esa doctora que parecía una actriz de cine. Estaba preparado para decirle a la doctora que hacernos esperar más de una hora era una indelicadeza y una grosería, pero cuando finalmente apareció y me dio la mano, me mordí la lengua, deslumbrado...

Los platos rotos

L

    Todo se me cae. Todo se me mancha. Todo se me rompe. Todo se me olvida. Estoy por cumplir sesenta años y me siento acabado, como si tuviera ochenta. Es verdad que cuando era un niño ya se me caían las cosas y mi padre se enfurecía y me miraba con rabia y me decía manos de mantequilla. Pero ahora se me caen más cosas, más frecuentemente, más ruidosamente. Se me caen los cubiertos...

Pobres mis suegras

P

    Los dioses traviesos que hicieron de mi vida un guion humorístico me han adjudicado un total de cinco suegras oficiales y un número impreciso de suegras oficiosas, extraoficiales. Las oficiales sabían que yo estaba en amores con alguien de su prole o descendencia y habían quedado atrapadas en la impredecible telaraña de mis deseos. Las extraoficiales no lo sabían y pensaban...