AutorJaime Bayly

El nadador fuera del agua

E

      Un joven de nacionalidad argentina, estudiante en la universidad de Texas, en Austin, nadador profesional, escribe un correo electrónico al inefable Barclays, conductor de un esperpéntico programa de televisión basado en Miami, llamado humildemente “Barclays”. El joven, Juan Francisco Newton, le escribe a Barclays: -Soy un fan de tu programa. No me lo pierdo. Voy a estar en...

Una madre amonesta a su hijo

U

      Barclays nunca llama por teléfono a su madre Dorita, pero hace una excepción porque ella está cumpliendo ochenta y un años: -¡Feliz día, querida mamá! Dorita agradece a su hijo y enseguida se permite amonestarlo: -Estoy muy molesta y decepcionada, hijo. ¿Cómo puedes apoyar a Hernando? ¡Le estás sirviendo la presidencia en bandeja! Barclays ha dicho en su programa de...

Moriré gordo

M

    El inefable Barclays recibe un correo electrónico de su hermano Sebastián: -Vamos a Miami a vacunarnos. Ojalá podamos vernos. Cuando Sebastián dice “vamos”, se refiere a él, a su esposa Samanta y a su madre Dorita. Sin embargo, Dorita viuda de Barclays no tiene ganas de viajar. Ha cumplido ochenta y un años. Está cansada de tanto viajar. Nada le hace más ilusión que quedarse...

El caos puro, el caos feliz

E

    Zoe Barclays acaba de cumplir diez años. Ha sido una celebración austera. Debido al coronavirus, no hizo una fiesta en su casa. Se reunió en un parque cercano con dos amigas del colegio: una, con apenas diez años, ya salió del armario y se declara lesbiana; la otra, de la misma edad, ha anunciado a sus amigas y sus padres que es pansexual. La amiga lesbiana está enamorada de Zoe y...

Fatigar su lengua viperina

F

    Hace quince años, uno de los hombres más ricos de Miami, Raúl Halcón, dueño de veinte radios en las principales ciudades de los Estados Unidos, fundó un canal de televisión en español, con base en Miami, orientado al público hispano de ese país. La inversión superó los cien millones de dólares. El plan de Halcón era disputarles y arrebatarles un pedazo de la torta publicitaria a las...

Pícaros, listillos y tramposos

P

    La madre del inefable Barclays, la señora Dorita Lerner, madre de otros nueve hijos además de Barclays, cumple ochenta y un años estos días. Será un cumpleaños triste, ensombrecido por el temor a contraer el virus que azota al mundo. Como hace un año, cuando Dorita cumplió ochenta, Barclays no podrá viajar a saludar a su madre en Lima por las obvias razones de salud: ella todavía no...

Ninguna otra vida le parecía posible

N

    Barclays nació en febrero de 1965. Los británicos acababan de sepultar a Churchill. Lyndon B. Johnson, presidente de los Estados Unidos, escalaba la guerra en Vietnam, bombardeando Hanói, enviando más soldados. Brézhnev era el dictador soviético. Franco mandaba en España. Miterrand, candidato presidencial en Francia, perdería con De Gaulle. Pablo VI era el Papa: absolvería a los...

Tu vida se apagará también

T

    Barclays, de niño, tenía prohibido ver televisión. Sus padres eran muy religiosos y creían que la televisión corrompía moralmente a sus espectadores. Cuando sus padres salían, Barclays veía televisión a hurtadillas. Solo había tres canales en blanco y negro. Sus programas favoritos eran “Los ángeles de Charlie” con Farrah Fawcett, “El gran chaparral”, “Hawaii 5-0”, “Kojak” con Telly...

Saber perder

S

    Han muerto de coronavirus dos personajes del canal de televisión en Miami donde trabaja el inefable Barclays: un médico exitoso, dueño de una clínica privada, en sus cincuentas, levemente obeso, que daba consejos a la audiencia para no contagiarse del coronavirus y acabó infectándose él mismo; y un legendario animador y comediante, estrella en Cuba, Puerto Rico y Venezuela, que...

Orgullosa yegua argentina

O

      La última vez que lo vi a Macri fue en el restaurante Fervor de la calle Posadas, en Recoleta. Yo estaba tan escandalosamente obesa que Juliana, su esposa, me preguntó: ¿estás embarazada, Jimena? Le respondí: no, es puro tejido adiposo, pura grasa. Juliana, que es una dama, se sonrojó. Yo, que no soy una dama, que nunca pude ser una dama, y que llevo mi gordura con natural...

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