AutorJaime Bayly

Un hombre y un revólver

U

Cuando mi esposa me dijo que quería irse dos semanas a Lima con nuestra hija de seis años, para escapar del calor agobiante de Miami y disfrutar del suave invierno de Lima, tan suave que a veces no parece invierno, pensé que nos vendría bien dejar de vernos unos días y, si acaso, extrañarnos. Desde que ella quedó embarazada siete años atrás, nunca nos habíamos separado más de tres o cuatro días...

El tesoro oculto de mi madre

E

Saliendo de la Casa Blanca, tuvimos que pasar por un detector de metales y la alarma sonó apenas registró algo extraño en la cartera de mi madre Dorita. Un atento oficial uniformado escudriñó el bolso de mi madre y encontró dos cucharitas de plata. -Son mías –se apresuró a aclarar Dorita-. Las traje por si me invitaban un tecito. El oficial le creyó y las colocó de vuelta en la cartera. Pero yo...

Ni los peluqueros

N

Descorazonado porque mi editor no respondía sobre el manuscrito que le había enviado, y abatido porque el canal estaba en problemas financieros y me había sugerido unas vacaciones forzadas, no pagadas, que decliné por la aguda crisis venezolana, que me exigía salir todas las noches en directo, informando de los abusos y tropelías de la dictadura de ese país, llamé por teléfono a mi madre Dorita...

¡Todos gays!

¡

Mi madre Dorita entró en su habitación del hotel en Washington, cerró la puerta y se encontró a oscuras. Todo era una densa penumbra, el oscuro corazón de las tinieblas. Quiso encender la luz, pero no sabía dónde se hallaba el interruptor. Caminó a tientas, procurando no tropezar y caerse, dando palos de ciego, tocando sigilosamente las paredes a ver si encontraba el modo de encender las luces...

¿Dónde está la piscina?

¿

-Yo no me pongo un vestido ni zapatos de tacos para ir a la Casa Blanca ni para casarme –sentenció mi esposa. La amé. Se había vestido con unos pantalones negros bien apretados y unos botines negros, toda ella muy masculina, como si viniera de cortar leña con Ellen DeGeneres. Caminábamos por la calle Diecisiete, rumbo a la Casa Blanca. Hacía un calor infernal a media tarde, 92 grados F, aun peor...

Mi padre y yo

M

UNO Mi padre es cazador y coleccionista de armas de fuego. Tiene en casa revólveres, pistolas, escopetas, fusiles, carabinas. Tiene también cantimploras, cuchillos, ropa militar. No es militar, le hubiera gustado serlo, una enfermedad se lo impidió. Sus mejores amigos son militares, vienen a la casa los fines de semana a tomar whisky y conspirar. Quieren dar un golpe, quieren sacar al dictador...

Emociones fuertes

E

Soy tan perezoso, tan apegado a una rutina sedentaria, tan amante de mi cama de rey depuesto y mi escritorio de plumífero en decadencia, que, a pesar de que llevo más de veinte años viviendo en esta isla, no me había aventurado a visitar las plantaciones de ricos aburridos en Boca Ratón y Palm Beach, dos horas al norte en coche desde mi casa, siempre que no hubiera un atasco descomunal de...

Las picardías de Dorita

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No siempre es fácil organizar un viaje en familia. Lo que a veces empieza bien, con las mejores intenciones por parte de todos, luego se tuerce y termina mal, así de tramposa es la vida. A mediados de junio me toca una semana libre del programa. Mi hija habrá concluido ya el año escolar y estará de vacaciones. Los meses del verano pueden ser insoportables en esta ciudad, en esta isla en la que...

Morir bailando

M

a Genaro Delgado Parker, que me sentó en la televisión y me cambió la vida. La última noche del año fuimos a una fiesta en el hotel de la isla. No soy de ir a fiestas ni organizarlas, llegué a la isla hace veinticinco años y entonces fui a una fiesta en un hotel de una familia sueca que ya fue demolido, aquella fiesta me impresionó por la cantidad de alcohol y cocaína que vi consumir, me abstuve...

Los viajes que nunca hicimos

L

Mi segunda hija se gradúa la próxima semana de una universidad en Nueva York. Ha estudiado cuatro años una carrera fascinante, ciencias medio ambientales, ecología, cómo salvar al mundo de la destrucción que le estamos infligiendo los humanos estúpidos, incluyendo al presidente de esta gran nación. Estoy muy orgulloso de ella. No sé si estudiará una maestría, yo la aliento en ese sentido, creo...

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