AutorJaime Bayly

Soy un inútil

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Eran las once de la noche cuando salí del canal de televisión conduciendo una camioneta negra de fabricación alemana por un barrio desangelado y pobretón en la periferia de la ciudad. Me detuve a dejar latas de comida a unos gatos callejeros, les hablé con diminutivos en el antiguo lenguaje del amor, subí a la camioneta y reanudé la marcha. Si no había obras en la autopista, ni un accidente...

Matamoscas

M

Como mis padres vivían en una casa en el campo a una hora de la ciudad, la cocina estaba llena de moscas y colgaban del techo unas cintas adhesivas amarillas donde las moscas quedaban atrapadas, agonizaban y morían. Era espantoso ver a tantas moscas sobrevolando en la cocina o tratando de escapar de aquellas cintas colgantes. Cuando yo tenía hambre, entraba en la cocina a ver si podía comer un...

El nuevo testamento

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Estos primeros días del año han sido muy malos para mí. Murió un amigo de toda la vida, un amigo de los tiempos de la universidad, de la playa los fines de semana, del fútbol en la arena o en canchas de cemento. Los ratings de mi programa, inaugurando la temporada anual, han sido nefastos, han seguido cayendo, ya no marco siquiera un punto, ahora marco ocho décimas. Para colmo de males, me he...

Miope y cojo

M

Por decisión de las mujeres que gobiernan mi vida, hemos pasado los primeros días del año en una playa mexicana, mirando el mar y, solo brevemente, porque sus aguas estaban heladas, bañándonos en la orilla, apenas mecidos por unas olas lánguidas. Yo, que soy un perezoso y un pusilánime, que huyo del sol y de la arena, que veo al mar como un enemigo agazapado que finge ser tu amigo y puede robarte...

La belleza incorruptible

L

En memoria de Pedro Suárez-Vértiz Cuando muere, con apenas cincuenta y cuatro años, uno de tus mejores amigos, y recuerdas que tienes cincuenta y ocho años, comprendes que la muerte te espera agazapada a la vuelta de la esquina y que no podrás disuadirla diciéndole palabras bonitas de pico de oro o hablantín inspirado. Precisamente porque te queda poca vida, porque habrás de morir más o menos...

No hay plata esta Navidad

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No ha sido fácil comprar los regalos navideños. Afectado por un recorte sustancial en sus ventas publicitarias, el canal de televisión ha rebajado mis honorarios en veinte por ciento. En consecuencia, mi presupuesto navideño ha entrado en crisis. Muy a mi pesar, me he visto obligado a gastar menos en los regalos. Pido disculpas públicas a los damnificados. Por lo pronto, no me he regalado nada a...

Los años argentinos

L

Siete años felices fueron los años en que tuve un novio en la ciudad de Buenos Aires. Su madre me quiso como si yo fuese su hijo. Mi madre, en cambio, nunca quiso recibirlo en su casa ni conocerlo. Mi novio era periodista. Trabajaba como editor de una revista de modas. Amaba las revistas de modas. Me conoció en el bar de un hotel, entrevistándome para una revista. Me enamoré repentinamente de él...

Esto no puede seguir así

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-Esto no puede seguir así -le dice mi madre, en tono imperioso, a mi esposa Silvia, en un mensaje de voz-. Esto tiene que terminar. “Esto no puede seguir así”. ¿A qué se refiere mi madre? ¿Qué es “esto”? ¿Qué es lo que “tiene que terminar”? En días pasados, mi madre me ha escuchado decir, en mi canal de YouTube, que me hubiera gustado casarme con un hombre. Lo dije en clave de humor. Era una...

Los libros y los gatos

L

En unas horas debo volar a Guadalajara, vía Dallas. Debo estar en el aeropuerto a las tres de la madrugada, mala hora. Llegaré a mi destino final diez horas después, pasado el mediodía. Esa misma noche me presentaré en la feria del libro de Guadalajara. No sé de qué hablaré. Improvisaré. Me he pasado la vida improvisando. No lo hago tan mal. No tengo un buen recuerdo de la feria de Guadalajara...

El bailarín de Puerto Plata

E

    Solo había visitado Puerto Plata en una ocasión, hace treinta y cinco años, el año en que mi esposa Silvia nació. Viajé en autobús desde Santo Domingo, subiendo y bajando montañas de exuberante verdor, leyendo una novela de Terenci Moix, “No me digas que fue un sueño”, un recorrido que demoró cuatro horas. A pesar de mi juventud, o precisamente por eso, yo conducía un programa de...

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