AutorJaime Bayly

Embajador en la sombra

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-Mamá querida, ¿cómo estás, cuándo llegas? -Jaimín, ¡mi hijo adorado, mi hijo más viril! Llegaré a Miami el 6 de junio, al día siguiente de las elecciones. -Genial, qué alegría. ¿Y por quién votarás? -Por Keiko, pues, hijito, ¿por quién más? Yo estoy con La China cien por ciento. -Pero en la primera vuelta votaste por Alan, mamá. -Ay, no sé, ya no me acuerdo de eso, la verdad. Yo creo que voté...

El papá de Harry Potter

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Cuando llegamos a Buenos Aires, parecíamos una tribu errante: mi esposa, mi hija, mis suegros y yo. Como éramos tantos y tenía que pagar tres habitaciones, no me alcanzó la plata para alojarnos en el Alvear, preferimos el Club Francés, a solo dos calles, en el corazón de Recoleta, Rodríguez Peña y casi Quintana. El Club Francés es un secreto bien guardado: cuesta la mitad de lo que cobra el...

Vengo a abrazarte

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Parece mentira estar en un avión, con mi esposa y nuestra hija de cinco años, rumbo a Buenos Aires. Ellas duermen plácidamente, mientras yo las miro y escribo. Con suerte llegaremos en unas horas, al amanecer. No quiero pensar en los nudos de tráfico en los que nos enredaremos antes de llegar al hotel. Seguramente estaré exhausto y, sin embargo, feliz. No dormiremos en mi apartamento de San...

Viajar sin paraguas

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La relación que tengo con Colombia es una de profundo aprecio y gratitud. He vivido un año en un hotel de Bogotá, en la calle 84, haciendo un programa todas las noches en una cadena de noticias. He viajado muchas veces a Bogotá y Medellín, bien para presentar un libro o grabar entrevistas. He recorrido el país hace años, presentando un monólogo de humor en teatros, salones de hoteles y bares de...

Un escritor y un señorito

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  Viajé a Madrid por primera vez, desde Santo Domingo, donde pasaba una semana al mes, grabando un programa de televisión, cuando tenía veintidós años. El Perú se deshacía por culpa de un demagogo que había ordenado que el gobierno se apropiase de los bancos y cuya política económica había sumido al país en la miseria y el caos. Yo estaba resuelto a dejar la cocaína, de la que me había hecho...

Una deuda impagable

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El vuelo directo a Barcelona dura ocho largas horas. Desde Miami, se llega más rápido a Barcelona que a Buenos Aires. Silvia y yo nos acomodamos en primera, cortesía de nuestra agente de viajes, que nos elevó de clase ejecutiva, a costo cero. Mi mujer me prohíbe tomar pastillas durante el vuelo. Desde que me diagnosticaron que soy bipolar y me suprimieron las pastillas para dormir, salvo una...

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