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Orgullosa yegua argentina

O

      La última vez que lo vi a Macri fue en el restaurante Fervor de la calle Posadas, en Recoleta. Yo estaba tan escandalosamente obesa que Juliana, su esposa, me preguntó: ¿estás embarazada, Jimena? Le respondí: no, es puro tejido adiposo, pura grasa. Juliana, que es una dama, se sonrojó. Yo, que no soy una dama, que nunca pude ser una dama, y que llevo mi gordura con natural...

Yo, gorda y casquivana

Y

    Soy una señora gorda, obesa, mórbidamente obesa, de derecha, de extrema derecha, de extrema derecha pistolera. A mi derecha no hay nadie, no hay nada, solo un abismo insondable, un precipicio sin fin. Todos están a mi izquierda y son sospechosos de tontos, de tontos útiles, de tontos inútiles. Ya desde niña era de derecha, aunque entonces era flaca y nadie sospechaba que me...

Incondicional de nadie

I

    A menudo Barclays se dice a sí mismo: el buen periodista no debe tener miedo a que lo despidan ni a llevar una vida austera, alejada de los privilegios del poder. El buen periodista no debe aspirar a ser congresista, ministro, embajador. El buen periodista debe perseguir la verdad, no el poder. El buen periodista debe ser un marginal, un francotirador, una oveja negra, una piedra en...

Mujeres gatunas y afantasmadas de Buenos Aires

M

    A pesar de que había sido condenadamente infeliz viviendo un año sabático en Buenos Aires, a pesar de que tenía miedo de volver a ser tan desdichado en aquella ciudad a la que había amado desde niño aun antes de conocerla, Barclays, que vivía en Miami, donde hacía un programa de televisión, aceptó la propuesta de un canal argentino: pasaría una semana de cada mes en Buenos Aires...

La vida era una perra desalmada

L

    Alejado de la televisión, obsesionado con escribir una novela sobre su padre, que estaba enfermo de cáncer, y a quien no veía hacía años, Barclays se mudó a Buenos Aires en la primavera en que los Kirchner ganaron las elecciones presidenciales. Amante de la Argentina desde niño, adicto al fútbol argentino en todas sus formas, lector de los grandes autores argentinos, Barclays, que...

El precio de un escritor

E

  Barclays ha fracasado: toda la vida ha soñado con una quimera, la de ser un escritor, la de vivir como un escritor, y no lo ha conseguido. Si bien ha publicado un puñado de novelas, un libro de cuentos y un volumen de poemas, si bien sus biografías en las redes sociales aluden a él como un escritor que ha ganado un par de premios y ha sido traducido a varios idiomas, no ha logrado vivir de...

El presidente donjuán y la otra primera dama

E

    El joven y apuesto presidente uruguayo Mario Galeano, que mantenía el cuerpo robusto levantando pesas en el gimnasio de la casa presidencial de Prado, esquiando en las montañas de Neuquén y corriendo olas en los mares de La Pedrera y La Paloma, se había enamorado de la primera dama. El pequeño problema consistía en que Galeano se había enamorado no de la primera dama uruguaya, su...

No me movía la colita

N

    Unas semanas antes de que llegase la pandemia, Susana Varela, sesenta y cinco años recién cumplidos, se jubiló como gerente de una empresa pública. Había esperado ese momento con ilusión. Le gustaba su trabajo, pero sentía que necesitaba descansar. Aunque no estaba obligada a jubilarse y podía continuar trabajando y cobrando un sueldo apreciable, eligió retirarse y ajustar...

El perro y la gata

E

    “Con trágicos resultados, el animal humano nunca cesa de esforzarse para ser algo que no es. Los gatos no hacen ese esfuerzo. Ellos poseen, al nacer, una felicidad que los humanos generalmente fracasan en alcanzar”. (John Gray,  “Los gatos y el significado de la vida”).   Hace unos años, cuando vivía a solas en una isla apacible de familias acomodadas, Barclays, escritor...

La revolución de los matones

L

    Era una fría y soleada mañana de enero en la capital de la nación. El presidente había dormido sus habituales cinco horas, desayunado viendo la televisión y leído en diagonal el discurso flamígero que le había escrito uno de sus asesores en la sombra. -Hoy voy a pronunciar el discurso más importante de mi vida -pensó. No se lo dijo a su esposa de origen centroeuropeo porque ella aún...

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