Categoríacolumna

No debí asistir a su boda

N

Un día antes de casarse civilmente con un joven al que conoció en el campus de la universidad de Berkeley, estudiando una maestría de negocios, Valentina invita a Sofía, su mejor amiga de toda la vida, su amiga desde los primeros años del colegio, a visitar el spa del mejor hotel de la ciudad y tomar unos masajes para relajarse y aplacar la ansiedad que la devora. Valentina está enamorada de...

Huir de un huracán para caer en otro

H

Cuando anunciaron que el huracán Dorian se había fortalecido al punto de llegar a categoría 4, se dirigía viciosamente a las Bahamas y, de cumplirse los pronósticos, podía golpear las costas de la Florida a la altura de Palm Beach, no dudé en decirle a mi esposa Silvia que debíamos irnos de Miami cuanto antes y ponernos a buen recaudo del ciclón. Muchos años atrás, en 1992, me había quedado en...

El triunfo de los hampones

E

Termino de ver la serie “El patrón del mal” que recrea la vida del narcotraficante colombiano Pablo Escobar. Cuando lo matan a balazos, siento pena por él, me digo que debió entregarse a la justicia como hicieron su hermano Roberto, sus socios, los hermanos Ochoa, y su sicario más leal, alias “Popeye”. Veo llorar a la madre de Escobar cuando bajan el cadáver de su hijo de los techos en los que...

La sabiduría de los árboles

L

  “Las tardes que serán y las que han sido son una sola, inconcebiblemente” (Borges).   Era un sábado soleado en Buenos Aires. Perduraba en el aire la sospecha o la certeza de que el futuro sería un inventario de desgracias. Alguna gente me preguntaba si la derrota en octubre era inevitable y yo ponía cara de circunstancias. Como el futuro es una ficción, y como somos náufragos que el...

Terremoto en Buenos Aires

T

El vuelo a Buenos Aires, nueve horas desde Miami, se me hizo corto porque leí un libro estupendo de Renato Cisneros, “Algún día te mostraré el desierto”, y vi capítulos de “El patrón del mal” y “Black mirror”. Con buenos libros y buenas series, los vuelos largos se hacen menos tediosos. El aeropuerto de Ezeiza era un caos aquella madrugada, las colas de centenares de personas parecían el cuerpo...

Perdón por la terquedad

P

Llevaba meses sin pasar por Lima. Era un viaje corto, de apenas dos días, para presentarme en la feria del libro, anunciando un libro de cuentos, “Yo soy una señora”. Como se trataba de una visita fugaz, mi esposa declinó acompañarme. Viajé solo, aunque acompañado por incontables ficciones de Netflix que vería en el avión y el hotel. Tuve que alojarme en un hotel porque están construyendo un...

La fuente de la felicidad

L

Leo llegó hace poco más de un año. Yo no quería tener un perro en mi casa. Me oponía resueltamente. Temía que no me dejase dormir. Mi esposa no me hizo caso. Lo trajo de todos modos. Leo es ahora mi hijo. Lo quiero como si fuese el hijo que no pude tener. Me ha educado sentimentalmente. Me ha enseñado formas de amor que no conocía. Me ha mostrado una lealtad y una nobleza que yo ignoraba y que...

Tantos locos juntos

T

No es fácil venir a Seattle. Desde Miami, es un vuelo de seis horas, en un avión pequeño, sin grandes comodidades. Tampoco fue fácil convencer a mi esposa para viajar a Seattle. Ella quería volver a Los Ángeles. Adora esa ciudad. De vez en cuando se encuentra con el cantante Justin Bieber en la piscina del hotel. Conversan brevemente como si ambos fuesen celebridades. Tiene el buen gusto de no...

El hombre que negaba a su hija

E

El expresidente peruano Alejandro Toledo ha sido arrestado en su casa de Palo Alto, California, acusado de recibir sobornos por más de treinta millones de dólares. Lo acusan los ejecutivos de la constructora brasilera Odebrecht, que le pagaron esos sobornos, y un antiguo amigo suyo, Josef Maiman, quien los recibió en su nombre. Está derrotado. Es culpable por donde se le mire. Probablemente...

Mi hermana, la pícara

M

Desde muy niña, cuando era gordita y remolona en los estudios, mi hermana Carolina mostraba una inquietante fascinación por el dinero. No tenía sensibilidad por el arte, como mi hermana Dorothy, ni pasión por la política y los deportes, como yo. Su obsesión era el dinero. Como era muy chica para aprender a ganarlo (lo que, por otra parte, nunca aprendió), se dedicaba a adular a la riquísima tía...