No sabía Barclays, cómo podía imaginarlo, que cuando se enamoró de Casandra Koenig, una joven muy refinada, que había vivido en Filadelfia y París, se enamoraría también, aunque de una manera exenta de toda lujuria, un enamoramiento digamos literario o artístico, de una cocinera gorda, con canas incipientes, de ojos de lechuza o de búho, que vestía siempre un uniforme celeste, un delantal del...
Murió con una sonrisa
Cuando Barclays era un niño, y vivía en una mansión de jardines infinitos en las afueras de la ciudad, su mejor amigo no era ciertamente su padre, a quien veía con pavor, y de quien se escondía con sigilo para evitar que le diera una paliza más, sino un hombre humilde, de escasos recursos, que trabajaba como jardinero en aquella casona. Se llamaba Mario. Era de corta estatura, complexión...
De pronto era su hijo
Hace veinticinco años, el inefable Barclays se propuso conquistar América, haciendo programas de televisión desde Miami. Quería ser famoso, obscenamente famoso. Quería ser rico, desvergonzadamente rico. Enemigo de su padre, quería superarlo, empequeñecerlo, derrotarlo en toda la línea. Pensaba: no seré más el hijo de James Barclays: en adelante él será el padre de Jimmy Barclays. Como sus...
La condesa de Miraflores
Dorita Lerner ha cumplido ochenta años. No ha podido celebrarlos como hubiera querido. Le hacía ilusión dar una fiesta en su casona de Miraflores. Por culpa del coronavirus, ha pasado su cumpleaños encerrada en su casa, sin poder salir, sin poder visitar la iglesia tan siquiera. Si recibiera en su acogedora residencia a sus hijos y nietos, a sus hermanos y sobrinos, estaría violando la ley. El...
El filósofo y el tuerto
Un año después de que Fidel Castro capturase a tiros el poder en Cuba, y cuando ya empezaba a perfilarse su deriva de sátrapa comunista, dos jóvenes de diecisiete años, todavía menores de edad, Montalván, apodado El Filósofo, y Benítez, alias El Tuerto, fueron capturados por la policía política del régimen, acusados de distribuir panfletos anticomunistas, sometidos a una charada de juicio sumario...
¿El gobierno o yo?
El inefable Barclays, escritor fantasmagórico, se pregunta: ¿Quién cuida mi salud cuando estoy sano? ¿El gobierno o yo? Porque estar sano, mantenerme saludable, cuesta dinero, no poco dinero. ¿Quién paga las cuentas farmacéuticas de mantenerme sano? ¿El gobierno o yo? Las cuentas son onerosas y tienden a crecer. Gasto fortunas en tres medicamentos para regular la bipolaridad. Gasto fortunas en...
La negra bandera de la muerte en mis pulmones
El inefable Barclays, periodista de televisión, escritor en franca decadencia, podría quedarse en casa, no ir a trabajar y no salir todas las noches en su programa de televisión. Otros periodistas del canal donde trabaja, asustados por el insidioso avance de la plaga, han dejado de ir a trabajar y se han atrincherado en sus casas. Sin embargo, Barclays, a riesgo de contagiarse, elige trabajar...
Iré a tu fiesta, aunque me cueste la vida
El trabajador centroamericano, Marcelo, inmigrante indocumentado, fanático religioso, padre de cinco hijos con la misma mujer, se encontraba limpiando los techos de la casa de Barclays cuando se distrajo para hablar por teléfono, se resbaló y cayó aparatosamente, dando un alarido. El grito de angustia y pavor rasgó la quietud de la tarde en aquella isla bucólica y anunció que los días venideros...
El fútbol, esa religión
Cuando Barclays era un niño y asistía al colegio inglés, ya era adicto al fútbol. Durante los recreos, jugaba al fútbol con tanta pasión que, al mismo tiempo que perseguía la pelota y la pateaba con extraña delicadeza, relataba a gritos los partidos, provocando la hilaridad ocasional entre sus amigos, y, ya de regreso en las clases, sacaba un cuaderno, otorgaba una puntuación del uno al diez a...
Las guerras del fin del mundo
El periodista Jimmy Barclays conoció al escritor Vargas Llosa en un restaurante de comida china en San Isidro, Lima, al que Vargas Llosa tuvo la gentileza de invitarlo. Barclays, con dieciocho años, publicaba una columna diaria de opinión política, “Banderillas”, en el diario “La Prensa” de Lima. Vargas Llosa acababa publicar una novela, “La guerra del fin del mundo”, que Barclays había leído...