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Las siete viudas de Fidel

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La muerte de Fidel Castro ha dejado siete viudas desconsoladas. No hay quien pueda mitigarles la tristeza. Lloran, gimotean, se dan golpes de pecho, claman al cielo. Lo mismo sollozan histéricamente que terminan hipando sin remedio. Han perdido al hombre que daba sentido a sus vidas desdichadas. Se les ha marchado el macho que las sedujo, embelesó y desfloró políticamente. Las amaba...

New York, New York

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Llevábamos tres años sin venir a Nueva York. En aquella ocasión dejamos a nuestra hija en Miami, bajo el cuidado de sus dos nanas peruanas, mujeres extraordinariamente nobles y laboriosas, y vinimos a celebrar la buena marcha de nuestro amor improbable, a contracorriente. Nos alojamos en un hotel del Upper West, con una linda vista al parque, y, para quedar bien con los amigos de mi esposa, todos...

Un gordito feliz

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El hombre se duerme a las cuatro de la mañana y despierta pasado el mediodía. Duerme con zapatos: si se los quita, se le enfrían los pies. En una esquina de su habitación tiene una nevera muy grande. Despierta cada dos o tres horas, abre la nevera, toma un vaso de limonada helada y sigue durmiendo. En general, duerme bien, mejor de lo que ha dormido los últimos diez o doce años, cuando comenzó a...

La piedra en el zapato

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Hillary Clinton sacó un millón de votos más que Donald Trump. Sin embargo, perdió. El año 2000 Gore había sumado 500 mil votos más que Bush y también perdió. Curioso sistema: en un país tan individualista, no gana quien obtiene más votos individuales. Obama sacó 69 millones de votos el 2008 y casi 66 millones el 2012. Hillary obtuvo apenas 62 millones de votos. Es decir que perdió tantos como 7...

Un voto de protesta

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Cosas que me gustan de Hillary Clinton: el aplomo que demostró cuando su esposo, siendo presidente, la humilló, teniendo sexo oral con una becaria en la casa de gobierno: no actuó como una mujer despechada, sino como una estadista; la fortaleza de carácter que puso en evidencia cuando perdió las primarias con Obama y no se retiró de la vida política; que no sea rencorosa ni mala perdedora y...

Once años después

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Llevaba once años sin visitar Santiago de Chile, qué pecado. El último viaje que recordaba, y dejo constancia de que mi memoria ya no es de fiar, había ocurrido en febrero de 2005, cuando, acompañado de mis hijas, celebré mis cuarenta años en el hotel Ritz de Las Condes, una espléndida propiedad con un servicio insuperable y una piscina deliciosa en la terraza del último piso. Fue un viaje feliz...

No sé quién soy

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No sé si soy un buen padre. No sé los teléfonos de mis hijas. No sé sus direcciones. Ni siquiera sé en qué compañías trabajan, o qué hacen, o cuánto les pagan. No pregunto, no me cuentan, procuro guardar una distancia respetuosa, hecha de silencios. Sé qué viven en Nueva York, en la parte baja de la isla de Manhattan. Sé que trabajan en el mundo de las finanzas. No sé mucho más. No sé si fuman...

Algo malo en mi cabeza

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Salí de casa en traje y corbata, a las siete de la tarde. Aún no había oscurecido. Debía dirigirme al canal de televisión, a unos cuarenta minutos sin tráfico desde mi casa. Pero en el camino me distraje, olvidé adónde iba y terminé en el aeropuerto. Dejé la camioneta en el estacionamiento, caminé al mostrador de la aerolínea, entregué mi tarjeta platino y dije que tenía que tomar un vuelo a...

Dónde buscar la felicidad

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Ocho años habían transcurrido desde que visité Montevideo. En aquella ocasión me encontraba flaco y asustado porque me habían operado del conducto biliar en Miami y el médico me había cortado el páncreas por error. Llegué exhausto, me alojé en el Belmont, pasé unos días lánguidos sin salir casi del hotel y luego me llevaron a la casa de campo de Shakira, en el balneario de José Ignacio, donde me...

El crimen sí paga

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La fotografía me dejó triste, descorazonado: el presidente colombiano Santos, estrechando la mano del terrorista Rodrigo Londoño, alias Timochenko, sellando la rendición de la democracia colombiana ante los chantajes de las Farc, y detrás, con aire imperial, el dictador cubano Raúl Castro, de guayabera, apadrinando el pacto innoble. Pensé: por lo visto, el crimen sí paga: las Farc secuestraron la...