De pronto Barclays se siente atacado por una suma de infortunios que, a sus ojos, constituyen una crisis: el editor de su programa de televisión se va de vacaciones a Cancún (y no hay otro editor en el canal que pueda sustituirlo, porque simplemente no hay otro editor en el canal); la empleada doméstica viaja una semana a descansar con su madre en Punta Cana (a descansar no tanto de...
No soy tan esnob
Después de pasar el día en la playa, leyendo poesía, bebiendo champaña, atendida por los camareros de un hotel cercano a su casa, Silvia Barclays dejó unas propinas generosas y se retiró manejando su camioneta azul de fabricación alemana, seis años de uso, treinta mil millas recorridas. Al acercarse a la avenida principal, se distrajo, desvió la mirada a su celular, comenzó a...
Una rara, lánguida flor
Cierta fama tardía, otoñal, persigue a Barclays en su periplo europeo. Personas que hablan la noble lengua española desean conocerlo, retratarse con él y darle regalos. Lo ven regularmente en las apariciones diarias que, fatigando la vanidad, relatando las minucias de su intimidad, hace en las plataformas digitales, ya no en la televisión, ese artilugio del pasado. Lo quieren, lo...
Estoy quebrado
Estoy quebrado. Estoy durmiendo en la calle. Estoy pasando hambre. Por favor ayúdame. Barclays continuó leyendo el correo electrónico de su amigo Javier Angulo: Solo te pido mil dólares. Si no me ayudas, mi vida tendrá un final muy triste. Barclays sintió una angustia y un dolor crecientes. Pensó: Si no le mando plata, se matará. Y si se mata, yo tendré la culpa. Y cargaré con esa...
El coito y la culpa
El magnate inmobiliario Donaldo y la actriz de videos pornográficos Estefanía se conocen en un torneo de golf. Donaldo, quien dobla en edad a Estefanía, está solo, pues su esposa Melania, embarazada, se ha quedado en la casa de verano de la pareja, en la otra costa. Donaldo invita a Estefanía a su suite. Con apenas veintiséis años, acostumbrada a follar con hombres a los que acaba...
La gringa y el loco
-Me voy, gringa -le dijo Ignacio Martínez, el loco, a su esposa. -¿Adónde te vas? -preguntó Diana Maxwell, su esposa, la gringa. -Al carajo -dijo el loco. Llevaban diez años casados. Tenían tres hijos pequeños. Vivían en una casa muy bonita al pie de los acantilados, con vistas al océano. -¿Dónde queda el carajo? -preguntó la gringa, sonriendo, pensando que era una broma. -Lejos de...
El golpe maquiavélico
El asesor en la sombra entró en el despacho de la presidenta de la nación con malas noticias: -Seguimos bajando en las encuestas -dijo. La presidenta bajó el volumen de un programa de chismes en la televisión, miró al asesor, se replegó en un gesto agrio y dijo: -El problema es mi cara. Luego añadió: -Quiero tener otra cara. Quiero tener una cara que me dé carisma. El asesor...
Una mujer sin miedo
para Doris Mary Letts, pese a Doris Mary Letts Hija de un hacendado próspero y una señora aficionada a los juegos de naipes que ya había parido cuatro hijos, mi madre nació el día en que la Alemania de Hitler invadió Dinamarca y Noruega. La llamaron Doris Mary. Yo creía que sus padres eligieron esos nombres inspirados por la actriz y cantante Doris Day. No fue así. Ese año...
Aquel verano inolvidable
Mi vida cambió para siempre cuando, a un mes de cumplir dieciséis años, durante las vacaciones escolares del verano, conseguí, gracias a mi madre, mi primer trabajo, y acaso el que acabaría siendo el último de mis trabajos: ser periodista, un oficio que, si te apasionaba, lo sería para toda la vida, un oficio al que no podrías renunciar. No hice ningún mérito para conseguir, todavía...
Yo nací para ser millonaria
A mi hermana el dinero la enloquece desde niña. Por eso ahora está quebrada. Me duele profundamente que esté quebrada. Siento que debería ayudarla. Pero temo que, si la ayudo, quebraré yo también. Cuando era niña, no le interesaban los estudios. Rendía pobremente en el colegio alemán. Sacaba malas calificaciones. Su obsesión era el dinero. Cultivaba con temprana astucia dos relaciones...