El niño Jimmy Barclays se enamoró de la actriz Farrah Fawcett viéndola por televisión en “Los ángeles de Charlie”. Rubicunda y hechicera, frágil y voluptuosa, bella como un arcoíris, Fawcett se había convertido en una estrella global y no tenía que actuar para convencer a Barclays de que era un ángel. Fawcett tenía treinta años; Barclays acababa de cumplir doce. No era fácil, sin embargo, que...
Un silencio vasto y árido como el desierto
Agobiada porque la cuarentena dictada por el gobierno solo le permite salir de su casa para comprar provisiones en el supermercado y remedios en la farmacia, harta de sentirse prisionera en su propia casa, frustrada porque no puede ver a sus amigas, desesperada porque no puede salir a pasear por el barrio a comprar chucherías, Susana Vargas, argentina, jubilada, sesenta y cinco años, residente en...
El músico, el torero y el poeta
Nadie imaginó aquella noche, en una fiesta desmesurada en honor al músico británico Mick Jagger, que un hombre moriría abaleado. Jagger estaba de paso por la ciudad, cumpliendo una gira mundial. Viajaba en un avión privado, junto con los músicos de su banda. Su novia se había quedado en Nueva York. Honrando su fama de seductor en serie, Jagger abordaba con espíritu de pirata los cuerpos de las...
Por fin el mar
El inefable Barclays y su familia (su esposa que parece su hija, su hija que parece su nieta, la nana que parece su sobrina) han manejado dos horas al norte y se han hospedado en un hotel legendario, señorial, con más de un siglo de antigüedad, sentado frente a unas playas mansas, un hotel en que se alojaban los ricos de Nueva York, cuando escapaban del invierno. A pesar de que Barclays y su...
El cantante de las peluqueras
Al final del siglo y del milenio, el insufrible Barclays era una estrellita rutilante de la televisión en español y se encontraba en condición de invicto o imbatido: nunca le habían cancelado un programa, nunca lo habían despedido, se sentía el rey del mambo, el jefe, el mandamás, el dueño. Por eso no lo aguantaban ni sus hermanos ni sus primos ni sus padres. En realidad, solo lo aguantaba su...
Sé que eres un espía
Aquella noche el invitado no llegó a tiempo y, como el programa de televisión se emitía en directo, Barclays tuvo que improvisar: no haría una entrevista al figurón que había anunciado, dado que este no aparecía ni respondía los llamados desesperados de los asistentes de Barclays, sino una entrevista a sí mismo, alentando al público sentado en el plató, unas treinta o cuarenta personas, muchas de...
La traición
Barclays dejó la cocaína una noche que trató de hacer el amor con Daniela y no pudo. Se sintió tan humillado, tan empequeñecido, tan asqueado de sí mismo, que le prometió a Daniela, y se prometió a sí mismo, que nunca más aspiraría cocaína. Tenía veinticinco años. Llevaba aspirándola los últimos cuatro años. No se consideraba un adicto porque solo la tomaba los fines de semana. Pero no había fin...
Los dineros escondidos
Huyendo de un huracán que destruyó Miami, siguiendo a una mujer de la que se había enamorado, Barclays se mudó, manejando un camión alquilado en el que llevaba todas sus cosas, a Georgetown, en la capital del país, Washington DC, obsesionado con terminar una novela torturada y confesional que había iniciado en Madrid, el año anterior. A pesar de que su novia, quien había sido admitida en la...
Una educación sentimental
El inefable Barclays era famoso por sus entrevistas a grandes artistas, emitidas por la televisión. Con apenas diecinueve años, entrevistó a Borges en una confitería del centro de Buenos Aires, a Sábato en su casa de Santos Lugares, a Vargas Llosa embrujado por el poder en Lima, a Bryce Echenique ebrio, risueño y chispeante, y a Cela cascarrabias, gruñón. En aquel momento Barclays no sabía que...
El abrazo ilegal
En vísperas de que su madre Dorita cumpliese ochenta años, Barclays le preguntó: -¿Qué quieres que te regale? Al otro extremo de la línea telefónica, Dorita no vaciló en responder: -Un abrazo. Barclays vivía en Miami hacía veinticinco años. Había nacido en Lima, pero se había marchado de esa ciudad para ser un hombre libre y un escritor, dos aspiraciones que le parecían indesligables. Dorita...