La otra tarde, desnudo en el baño, antes de meterme en la ducha, cometí el error de subirme a la balanza, una decisión intrépida, perfectamente desusada en mí, que me resultó cara. Pensé que seguiría pesando unos cien kilos redondos, el peso récord que había marcado en los años recientes, cuando ya era gordo, un sobrepeso que comenzó lenta y consistentemente hace veinte años, tras cumplir...
Una mariposa en la nieve
Me gustaría viajar a Córdoba, Argentina, para decirle a un joven residente en esa ciudad, estudiante de aviación, que no puedo dejar de pensar en él, que contrariando a la razón y la prudencia estoy enamorándome de él, pero sé que no debo hacerlo porque a él no le gustan los hombres, o yo intuyo que no le gustan, pues en las fotos jactanciosas que sube a las redes sociales está siempre...
Mi madre quiere dar un golpe
Mi madre quiere dar un golpe de Estado. Dice que la presidenta de la república, Tina Duarte, es una comunista encubierta. Afirma que la presidenta obedece las órdenes que le dictan por teléfono el jefe de su partido, Amir Terrón, un comunista ortodoxo educado en La Habana, y el embajador cubano Cayo Alzamora, a quien mi madre llama El Gallo. Le he preguntado a mi madre si conoce a la...
Ahora sé que no soy un hombre de éxito
Ya casi nadie queda en pie. La televisora en que trabajo parece un cementerio sin lápidas, un camposanto con cámaras y reflectores. Casi todos han sido despedidos, expulsados, despachados a sus casas. Quedamos unos pocos que recordamos a los caídos en acción. Es infrecuente ver en los pasillos deshabitados del canal a un alma viva, un individuo caminando con aire apesadumbrado, como si...
A veces creo que mi esposa ya no me ama
A pesar de que la amo, a pesar de que la amo más de lo que ella me ama en sus días mejores, no estoy en condiciones físicas, cognitivas, sentimentales ni morales de hacer el amor con mi esposa todos los días del año. Pronto cumpliré sesenta años. El tiempo ha minado viciosamente mis reservas eróticas. Dármelas de macho lujurioso podría costarme la vida. No quisiera enfriarme de súbito...
Nunca más vuelvo a un concierto
Ofrezco como pruebas de amor a mi esposa los conciertos a los que ella me ha llevado, o me ha arrastrado, muy a mi pesar, jalándome suavemente como si fuera su mascota, prometiéndome caricias, mimos y engreimientos si me portaba bien. El primero de ellos, un recital de Justin Bieber, tuvo lugar Los Ángeles, ciudad en la que nos encontrábamos de paso. Aunque mi esposa se confesaba...
La vida de los otros
Cuarenta años después, he regresado a Berlín. Tenía diecinueve años cuando la visité por primera vez, invitado por el gobierno alemán, cuya sede estaba entonces en Bonn, una ciudad que más parecía un pueblo de burócratas imperturbables. Todavía no alcanzo a comprender por qué los alemanes perdieron su tiempo y su dinero invitándome a su país, como si yo fuera un hombre importante. No lo...
Cuando quería morir joven
En Londres están una sobrina, una ahijada, un primo hermano y los huesos de mis antepasados. En los próximos días visitaré los cementerios donde yacen estos últimos y, si hay suerte, conversaré con ellos. Mis antepasados huyeron de las guerras, de las deudas, de las mujeres que dejaron embarazadas, del honor y las reputaciones. Yo he sabido preservar ese legado. Soy aun peor que...
No me despierten antes del mediodía
Debo de ser el hombre más perezoso del mundo, piensa Barclays, sin un átomo de culpa, orgulloso de sí mismo. Un día tranquilo y feliz comienza para Barclays a las dos de la tarde, hora en que despierta a regañadientes, se despoja de su ropa para dormir (numerosas prendas de cachemira y zapatos negros, pues duerme con medias gruesas y zapatos), se viste siempre de azul y baja a la...
Me rendí
Debería estar presentándome en la feria del libro de una ciudad lejana, exhibiéndome en ella, firmando ejemplares de mis novelas, fingiendo entusiasmo, pero estoy en casa, en la isla, en pijama, a seis horas en avión de aquella ciudad distante, melancólica. Debería estar aliviado por no haber viajado a medianoche. No lo estoy. Me torturan la culpa y el remordimiento por no...