No sé si soy un buen padre.

No sé los teléfonos de mis hijas. No sé sus direcciones. Ni siquiera sé en qué compañías trabajan, o qué hacen, o cuánto les pagan. No pregunto, no me cuentan, procuro guardar una distancia respetuosa, hecha de silencios. Sé qué viven en Nueva York, en la parte baja de la isla de Manhattan. Sé que trabajan en el mundo de las finanzas. No sé mucho más. No sé si fuman cigarrillos, si fuman marihuana, si toman pastillas para dormir, si tienen novios o novias. No pregunto. Ellas prefieren no contarme.

No sé si soy un buen padre.

Si comparo mi vida con las de ellas, mis hijas, creo que han tenido vidas mucho mejores que la mía. Yo tuve un padre bestial. Era alcohólico, era violento, era infeliz. Me pegaba, me insultaba, me humillaba. Como él era desdichado, tenía que desgraciarme la vida a mí también. Yo no he sido así con mis hijas. Nunca les he pegado ni las he insultado. No me han tenido miedo como yo le tenía pavor a mi padre. Al contrario, hemos sido amigos y se han reído de mí. Sin embargo, hace años las humillé y puede que no me perdonen el agravio, aunque formalmente me lo han perdonado y hemos reanudado una relación cordial, amigable. Me enamoré de Silvia, que es ahora mi esposa, y mi ex esposa se atacó de celos y me hizo la guerra, y en represalia la eché del apartamento que le había regalado y tuvo que irse con mis hijas. Fue un horror, una bajeza, no fui un buen padre, ciertamente no lo fui. No tuve compasión con mi ex esposa ni con mis hijas. No me importó dañar severamente mi relación con ellas, a cambio de recuperar el apartamento que les había regalado. Ese apartamento ahora está vacío. Nadie vive allí, nadie quiere vivir allí, ni siquiera le he comprado muebles. Las plantas del jardín se mueren, puede que las plantas tenga memoria.

No sé si soy un buen padre.

No he visitado a mis hijas en sus universidades de gran prestigio. Les he comprado camionetas. No les he preguntado qué estudiaban. Les he pagado puntualmente sus estudios. No les he pedido que me muestren sus calificaciones buenas o malas ni les he exigido nada. Les he mandado dinero para sus merecidas diversiones. No he asistido a las ceremonias académicas porque no me han invitado. Les he ofrecido pagarles viajes de celebración que ellas han declinado. No les he ofrecido darles trabajo porque no soy dueño de una gran empresa y mi trabajo en televisión es precario y podría terminar a fin de año.

No sé si soy un buen padre.

No llevo al colegio a mi hija menor. A esa hora duermo. Paso a buscarla a las dos de la tarde. Luego almorzamos mi esposa, nuestra hija y yo, en el mismo restaurante todas las tardes. Solo asisto a las actividades escolares inevitables, y lo hago a regañadientes. No me siento a hacer las tareas con ella. Mi esposa la lleva temprano al colegio y se sienta a hacer las tareas con ella. Yo me limito a hacer bromas tontas, tratando de hacerlas reír. Cuando viajo, las invito siempre, y si no vienen conmigo, no tengo las mismas ganas de viajar. El colegio es estricto y no le permite faltar muchos días. Yo siempre estoy a favor de faltar al colegio para viajar en familia. No le pido que saque buenas notas, que sea la primera de la clase, que sea la mejor. Soy un padre condescendiente, haragán. No me interesa que mi hija menor sea sobresaliente en nada. Mi modesta aspiración es que sea razonablemente feliz.

No sé si soy un buen hijo.

Nunca invito a mi madre a acompañarme en mis viajes. Tengo miedo de que se levante muy temprano y me pida que la lleve a la iglesia. Son dos cosas que no puedo hacer, ni siquiera por amor a ella. También tengo miedo de que me hable mucho y me pida que cambie moralmente y fatigue mi paciencia. Nos vemos tres o cuatro veces al año. Ella viene a visitarnos. Antes se quedaba en un hotel cercano, ahora la acomodamos en el cuarto de huéspedes. Es un amor. Siempre está conspirando políticamente, religiosamente. Le gustaría que yo fuese un político ambicioso. A sus ojos me temo que soy un inútil, un holgazán, un perdedor. Mi programa le parece poquita cosa. Mis libros no los lee siquiera en diagonal, prefiere evitarlos, le causan disgustos. De todos modos está contenta porque ya no tengo novio sino esposa adorable. Mi enamoramiento de Silvia califica a sus ojos como un auténtico milagro. Quién lo hubiera dicho: yo, casado por segunda vez, y tan contento.

No sé si soy un buen esposo.

Nos casamos con absoluta discreción, casi clandestinamente. Fue tan solo una ceremonia civil en un edificio gris del centro de la ciudad. No hubo fiesta, no hubo testigos, no hubo anillos tan siquiera. Desde luego no pasamos por una iglesia para declarar nuestro amor, así de descreídos y apáticos somos. Yo me casé en jeans, ella casi en piyama. No hacemos vida social, no vamos a fiestas, huimos de la amistad convenenciera de los famosos. Mi idea de la felicidad un fin de semana es comer en un buen restaurante y ver una buena película. Mi esposa duerme en su cuarto, yo duermo en el mío. Hacemos el amor solo cuando a ella le provoca, y eso varía según su humor y mis dudosos méritos. Yo siempre pido permiso y pregunto si le apetece. El verbo que uso es jugar: ¿quieres jugar conmigo? Nadie se enoja cuando ella declina. La amo antes, durante y después. La amo especialmente después, cuando nos reímos de todo.

No sé si soy un buen amante.

Soy delicado. Soy femenino. Soy pasivo. Espero a que ella termine primero una y dos veces. Un caballero espera a que su pareja termine, luego es su turno: eso no me lo enseñó mi padre, lo aprendí solo. No tomo la iniciativa, no me despliego en posturas acrobáticas, no estoy lleno de bríos infatigables, no soy un atleta en la cama. Soy, más bien, un amante paciente, complaciente. No hay apuro, hagamos que el juego dure, estiremos el placer un poquito más.

No sé si soy una buena persona.

Tengo pocos amigos. No recuerdo los cumpleaños de casi nadie. No uso el teléfono. No me quedan amigos veteranos del colegio, de la universidad, de la televisión. Estoy lleno de enemigos y adversarios. Veo gente conspirando contra mí, puede que sea un delirio paranoico, pero es lo que veo. Podría comprarme un gran carro y sin embargo manejo un auto viejo, patético. Podría comprarme ropa fina y uso ropa vieja, agujereada. No quiero recibir a nadie en casa. No quiero dar fiestas, cócteles, agasajos. Mi concepto del placer es acotado, ensimismado: un buen libro, una buena película, una buena comida. Nadie me invita a ninguna parte y yo no invito a nadie. Supongo que soy egoísta, avaro, ermitaño. Tengo plata pero no la gasto porque siento que no la merezco.

No sé si soy un buen periodista.

No soy neutral. No trato de serlo. Me gusta elegir, tomar partido, pronunciarme. Eso entraña el riesgo de que muchas personas pasen enseguida a detestarme. No por eso me inhibo de decir lo que pienso. Soy, si acaso, un periodista de opinión. Pero mi opinión es tan arbitraria y mi vanidad, tan inmoderada, que ambas cosas parecen reñidas con el ejercicio cabal del periodismo. Porque los periodistas estelares que salen en la televisión hacen un esfuerzo plausible por ser imparciales, equilibrados. Seguramente tendrán sus fobias y sus filias, sus simpatías y aversiones, pero los más profesionales saben camuflarlas, enmascararlas. Yo no. Yo no hago el menor esfuerzo por disimular mis opiniones. Las digo sin filtro, sin maquillaje. Tomo partido, cavo mi trinchera, disparo con espíritu de francotirador. Y además voy a votar y digo por quién voté. Y la otra mitad acaba odiándome, insultándome, llamándome sicario, mercenario, espía, manipulador.

No sé quién diablos soy. Me temo que, como mi padre, soy solo un pobre diablo.

40 pensamientos acerca de “No sé quién soy

  1. Fernando

    Eres bueno, y honesto. Y estas son dos apabullantes virtudes que te has dado tú. A tí el mérito.

    Eres inteligente y, como dices de tus invitados, ¨talentoso¨. Eso es herencia y don de Dios. Agradécelos.

    Por último, eres un delicioso, chisporreante ser humano, que dice y hace cosas conmovediras. Y, esto, te lo agradecemos tus lectores.

    Por último, eres un excelente escritor, pues de forma propia y mucho, interesante, que decir. Es decir, vives la vida desde la inteligencia callada de las palabras, desde su pensamiento tácito que todo lo toca y lo perdura.

    ¿Te parece poco todo esto, querido ser humano llamado Jaime Bayly, al que seguramente nunca quereceré pero al que, profundamente, intimamente, con la magia esa de los afectos que desdeñan toda explicación, quiero y respeto?

    Responder
  2. zeida vela

    Eres tú. .. y quien está a tu lado te ama y te acepta como eres sin querer cambiar nada en ti.

    De una cosa estoy segura la amistad y la lealtad deben caminar juntas , y por experiencia sé que encontrarlas es pura fortuna.

    Responder
  3. Laura

    Te conoci cuando traias al cole a tus dos bellisimas, dulces e inteligentes hijas y hacías lo mismo con ellas que lo que haces hoy con Zoe: ser el padre querendón y dejarlas ser felices sin pedirles nada a cambio. Eso te hace consistentemente bueno por lo menos en una cosa; y acaso la más importante en la vida. Ahora veo a Silvia y a Zoe luciendo sonrientes miradas de satisfacción plena. Entonces no entiendo por qué necesitas preguntarte si eres bueno, cuando puedes conseguir hacer dichosas a las dos mujeres que comparten tu vida. Eres más bueno de lo que te das credito.

    Responder
  4. Yashira Quinones

    He tenido el placer de conocerte personalmente tanto a ti como a su esposa Silvia y la bella Zoe de conversar y es sumamente interesante cada conversación. Que si comos buenos hijos, padres, hermanos, eso algo relativo. Para unos somos buenos para otros no! y que le vamos hacer dejar de vivir para complacer a otros de ser como ellos quieren que seamos. Eso nos resta de nosotros mismos. Así que no importan los demás solo nosotros y nuestro entorno mas cercano «con quien vivimos» Un abrazo

    Responder
  5. Mercedesjosé Pérez

    Jaimito eres tan real y tan humano, – la vez inteligente y peculiar. Cada vez que paso por la autopista al lado de MegaTv pienso que no deberías estar ahí en ese canalito botado por Hialeah, porque no transmiten tu programa en CNN es español? Tienes tanto por ofrecer a los suramericanos aquí en Norteamérica. Un abrazo, eres simplemente genial!

    Responder
  6. RICARDO

    Jaime. Gracias a tu madre por crear un ser como tu. No se si lo hizo con esa consigna, no lo creo, pero gracias. Soy de los que prefiero escuchar, porque aprendo. Hablar solo enseñas y eso esta entre dicho.

    Responder
  7. Joy Mora

    Me encanta escucharte cada noche en tu programa, para mi es un deleite, te admiro precisamente por algunos de esos calificativos que haces ver como negativos, es difícil encontrar en la vida común personas sinceras, aun más difícil es verlos en televisión. Te escucho en TV, leo tus escritos, leo tus libros, te sigo en las redes. Hasta mis hijos disfrutan cada entrevista que haces. Jaime Bayly eres maravilloso!

    Responder
  8. Beatriz

    Jaime, yo sólo con oírte despotricar de Chavez y Maduro cada vez que puedes, soy inmensamente feliz y además agradecida de que haya gente como tú qué se juega su audiencia por decir lo correcto y lo que muchos callan. Gracias por tener siempre a Venezuela presente. Por cierto lo de las camas separadas no me escandaliza, hay muchas parejas que comparten cama sin amor. Valiente!!

    Responder
  9. anton costa

    Siga escribiendo mi querido amigo que, habiendo ya arrancado risas, sonrisas, risotadas y carcajadas ya cumplió en este mundo…. son los seres que emocionan nuestro espíritu ya sea con una excelente canción, un revelador libro, un cuadro fantástico, haciendonos reir u otras artes para el alma; que, cual conectores divinos…hacen que la vida en este planeta azul sea un poquito más llevadera, digna de vivir….

    Responder
  10. Dennis Velásquez Guillén

    Hola a todos,

    Bueno no me atrevería a juzgarte ni criticarte por lo que escribes aquí. Pero lo que si puedo decir que para mi, eres un tipo muy inteligente, muy buen periodista y un genial entrevistador.

    Te admiro por la humildad que siempre demuestras ante el prójimo.

    Responder
  11. Betty A

    Jaime eres como eres, un buen padre, hijo,ex esposo y buen esposo, no te preocupes a que a todos nos pasa lo mismo un excelente periodista elocuente y entretenido, a veces muchas mujeres por maldad influyen por celos a darle muy mala imagen al ex esposo y crean indisposición hacia los hijos. A mi hijo le asaltaron unos morenos y le desgraciaron la vida esta invalido terminando la Uni..con tan solo 26 de edad, me he preguntado si tuve la culpa por no haberme movido a otra Cuidad que no fuese la Florida, con toda la juventud por delante sin poder caminar a causa del balazo, no te apures que habemos personas con situaciones mas difíciles , eres admirable

    Responder
    1. jack

      Pienso que no hay q ser sobon o sobona cn jaime; es verdad no solo es un pobre diablo sino tambien un egoista arrogante un pobre imbecil que gracias a la suerte que le toco tiene todo lo q tiene. Es un pobre imbecil por humillar a sus hijas, es muy bajo lo q hizo, pero a la mierda todo ya cuando la cagas y sabes q la man haste solo te queda doblegar tu orgullo y ganartrlas nuevamente, pero no con objetos porq eso es muy superficial…. En fin tendria mucho mas q decir pero se despwrto mi bb y voy a atendwrlo. Ojo yo tambien quiza sea un poco como tu jaime, mi padre es alcoholico no recuerdo criarme cn el etc etc etc en esta via smos lo q somos por la vida misma

      Responder
  12. Andrea Herrera

    Te quiero tanto. Aunque pocas veces me leas, aunque no me contestes. Te sigo desde que tengo memoria.. Desde pequeñita viendo el francotirador en el canal dos escondida en mi cuarto. Vi como atravesaste tanto junto a Silvia y me resultó inevitable no quererla como te quiero a ti. Aún con 19 años y con todas las ganas de que esta vez puedas notar mi existencia en este comentario, quiero que sepas que te deseo toda la paz y las bendiciones que necesites. No te conozco, es verdad, pero te quiero.

    Lima, Perú

    Responder
  13. Humberto Navarro

    Lo importante es que estés, con defectos y todo, pero que estés.
    De una manera auténtica, con tu mejor voluntad. Entregando siempre lo mejor de ti a tu familia. Que puede ser mucho, que puede ser poco. Inclusive puede ser nada tradicional.
    He estado en completo desacuerdo con muchas opiniones políticas tuyas, he estado en desacuerdo inclusive con las expresiones incontrolables de tu lado femenino.
    Pero te sigo viendo por que eres auténtico. Y sin querer queriendo has logrando que una linda mujercita te ame, te aguante y quiera estar a tu lado.
    Hagan un esfuerzo por dormir juntos. Al menos algunos días de la semana, que Zoe vea que es posible que las dos personas que más ama en este mundo sean una sola.
    Tienes muchas bendiciones amigo.

    Responder
  14. Estela

    Jayme ud elige como vivir y eso esta perfecto. Como padre hace lo que puede. No se torture. Viva viva a su manera.! No de explicaciones. Sea feliz. Soy admiradora suya. Estela

    Responder
  15. ana maria

    me encanta todo lo que escribes y la sencillez de tus ideas como te haces entender y todo lo que puedes expresar me encanta y mas que tengas una familia ,disfruta cada dia de todo lo que tienes a tu alrededor y esta bien que la gente viva su vida y tu vive la tuya, ya cumpliste y lo demas ya no importa, ahora es tu momento de recoger y si te quieren vendran a verte y sino alas y buen viento

    Responder

comentarios

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *